“Introspecciones” es el último proyecto del artista murciano Lidó Rico que se expuso en el Centro Cultural Ex Capilla de Guadalupe, en Ciudad de México, del 30 de enero al 5 de abril de 2020. Fiel a su trayectoria, esta propuesta mantiene algunas de las pautas técnicas y estéticas que el artista ha convertido en su marca personal y en las que emplea su propio cuerpo como molde y referente de las piezas finales.

El interés de Lidó por la representación humana es un ejercicio doble. Por una parte, es una forma de análisis personal que le lleva a indagar sobre su complejidad interior, su propia presencia como ser humano y como individuo encapsulado en un cuerpo. Por otra, es una manera de referenciar al conjunto de la humanidad, de recuperar aquello que nos une en esencia, por encima de las imposiciones externas y el valor de la forma.

La carga táctil y matérica de este trabajo se hace evidente porque el artista trabaja con su propio cuerpo, se involucra física y mentalmente en todo el proceso.

Él mismo afirma: “Tengo esa necesidad de sentir, de tocar para creer. Y, en ese sentido, necesito mojarme el cuerpo, jugarme la vida con las piezas porque es la única forma de trabajar con la verdad”.

El proyecto combina escultura y pintura, con un claro predominio de la primera. La abundancia de bustos, cabezas y cráneos ofrece, por veces, una visión fantasmagórica del entorno, tamizada por la exquisitez de la composición y la introducción de notas de color.

El objetivo, lejos de lo que pudiera parecer, no es crear una alegoría sobre la muerte, sino insistir en la necesidad de tomar consciencia, como seres humanos, de que somos parte de un todo social sin perder nuestra individualidad.

Texto curatorial